miércoles, 19 de junio de 2013

Con las tentaciones se dispersan tus energías



“Los humanos se dejan arrastrar por la vorágine de la vida que les rodea, que está llena de tantas tentaciones. No hay nadie que les advierta de los peligros que representan tantas peticiones. Por el contrario, incluso se les hace creer que la satisfacción de todos los deseos que se despiertan entonces en ellos contribuye a su desarrollo, que es una condición para su enriquecimiento interior. Pues bien, no, la multiplicación de todos estos deseos, el satisfacerlos, no es lo que les enriquecerá, porque es ahí donde dispersan sus energías. Y si en la vida práctica deben afrontar diferentes actividades, sólo lo harán de forma constructiva si conservan un pensamiento que les guie, un deseo fundamental que alimente y refuerce todos los demás proyectos.

¡Cuánta gente se queja de la deplorable situación de la sociedad! ¿Por qué esta situación es deplorable? Porque aquellos que quieren el bien y serían capaces de realizarlo, se dispersan en actividades que no tienen nada que ver con este bien. Y dejan sitio a los necios, a los ambiciosos que saben concentrar todas sus energías en sus actividades culpables. “

Omraam Mikhaël Aïvanhov












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