domingo, 15 de julio de 2012

Esquemas de la Terapia Cognitiva

El concepto de esquema es clave para todas las líneas cognitivas y fue utilizado originalmente por Barlett (1932) para referirse a procesos relacionados con la memoria. También fue mencionado posteriormente por Piaget (1951), y  Neisser (1967) lo definió como la estructura responsable de los mecanismos que guían la atención selectiva y la percepción; luego fue reformulado y ampliamente utilizado por Beck (1979).

Para Beck, los esquemas son patrones cognitivos estables que constituyen la base de la regularidad de las interpretaciones de la realidad. Las personas utilizan sus esquemas para localizar, codificar, diferenciar y atribuir significaciones a los datos del mundo. Los esquemas también fueron definidos como estructuras más o menos estables que seleccionan y sintetizan los datos que ingresan.

Todas las personas contamos con una serie de esquemas que nos permiten seleccionar, organizar y categorizar los estímulos de tal forma que sean accesibles y tengan un sentido para nosotros, a su vez también posibilitan identificar y seleccionar las estrategias de afrontamiento que llevaremos a la acción.

Los esquemas podemos pensarlos en un continuo que va en cada persona de lo activo a lo inactivo y de lo modificable a lo inmodificable. En función de la valencia decimos que los esquemas que están siempre activos son hipervalentes y aquellos que lo hacen en situaciones particulares son latentes.

Los esquemas son adaptativos y van tomando su forma mediante las relaciones que las personas van estableciendo con el medio, a partir de allí y de los determinantes genéticos se van constituyendo las pautas propias de los mismos.

Primeramente tuvieron un fuerte sentido adaptativo intentando la supervivencia tanto psicológica como física de la persona, pero en algunos casos las formas que se utilizaron para sobrevivir en una época son utilizadas de manera automática, rígida y des-adaptativa en cualquier situación, lo que puede llegar a ocasionar trastornos psicológicos severos.





CREENCIAS EN LA TERAPIA COGNITIVA

Las creencias son los contenidos de los esquemas, las creencias son el resultado directo de la relación entre la realidad y nuestros esquemas. Podemos definir a las creencias como todo aquello en lo que uno cree, son como mapas internos que nos permiten dar sentido al mundo, se construyen y generalizan a través de la experiencia.

Existen diferentes tipos de creencias, clásicamente hablamos de:

Creencias nucleares: son aquellas que constituyen el self de la persona, son difíciles de cambiar, dan el sentido de identidad y son idiosincrásicas. Ej.: Yo soy varón.

Creencias periféricas: se relacionan con aspectos más secundarios, son más fáciles de cambiar y tienen una menor relevancia que las creencias nucleares. Ej.: La vida siempre te da una segunda oportunidad.


Las creencias nucleares constituyen el núcleo de lo que nosotros somos, nuestros valores, nuestras creencias más firmes e inconmovibles, justamente por eso es que nos dan estabilidad y nos permiten saber quienes somos. En cambio las periféricas o secundarias son más satelitales y no involucran a los aspectos centrales de la personalidad, por lo tanto pueden modificarse con más facilidad.

Obviamente entre estas dos posibilidades existirá una escala amplia, en cuanto a la importancia o centralidad que cada persona le atribuya a las creencias. Las creencias nucleares nos permiten decir quienes somos, por ejemplo al decir “soy varón” aunque parezca una verdad obvia, es una creencia fundamental, más que una verdad se trata simplemente de una creencia, ya que hay personas que siendo varones biológicamente hablando, creen que son mujeres y viven como tales, por lo tanto la afirmación sobre nuestro género, es una creencia. Al ser una creencia nuclear no la cuestionamos y la damos por supuesta, nos da estabilidad como personas y nos permite a partir de allí construir y proyectarnos como seres humanos.

Sobre esta afirmación y creencia básica es que se asientan otras creencias centrales tal como la de “soy varón y me gustan las mujeres” o “soy varón y me gustan los varones”, estas dos opciones marcarán dos caminos distintos, pero la identidad de género no entra en juego, en los dos casos la afirmación central sobre el género ya está hecha. En el primer caso un varón se dirá ‘soy heterosexual’ y en el segundo caso se dirá ‘soy gay’ y a partir de allí se irán constituyendo otras creencias que dirán quiero que mi vida sea de esta manera o de esta otra. En este ejemplo vemos como las creencias se van consolidando a partir de ciertas afirmaciones nucleares, primero las creencias de género, luego las de orientación sexual, etc.. Podemos ver como las creencias comienzan a constituir un entramado de significaciones que van dando densidad a nuestra personalidad.

Si las creencias nucleares son puestas en duda se genera una sensación profunda de inestabilidad y angustia, porque todo lo conocido pasa a ser cuestionado, es como si se movieran los cimientos de un edificio, toda la estructura se mueve. Por eso cuando una persona se cuestiona sobre su orientación sexual es frecuente que se angustie, mucho más aún cuando se cuestiona su género. Recordemos que uno de los factores que genera más estrés es la incertidumbre, por eso no saber algo central respecto de nosotros mismos puede ser tan angustiante.

Habitualmente las personas van a terapia porque alguna de las creencias básicas que le daban sustento, estabilidad y tranquilidad es puesta en duda. Si una persona tiene la creencia: “Soy feliz con mi pareja”, puede sentirse muy contenta, tranquila y satisfecha, pero si a esa misma creencia le agrega un simple signo de pregunta, las cosas cambiarían drásticamente: “Soy feliz con mi pareja?” ya no suena tan lindo como antes. La duda y la incertidumbre respecto de alguna o varias creencias suele ser uno de los motivos por los cuales las personas comienzan terapia. Es común que las personas se angustien y estresen mucho cuando no saben cuáles son las reglas de juego o no sepan aspectos importantes de su vida o su self, cuanto más relevante y nuclear sea lo incierto, más angustia generará.

En las relaciones afectivas por ejemplo, es importante para reducir la incertidumbre y hacer predecible dicha relación, establecer ciertos parámetros y reglas de funcionamiento, por eso necesitamos ponerle un nombre a la relación, ya sea decir somos novios, amantes, amigovios, etc., habitualmente cuando no sabemos bien que tipo de relación tenemos el nivel de incertidumbre aumenta y puede transformarse en un estresor. Si no se sabe bien quien es el otro para nosotros y qué tipo de relación tenemos, tampoco queda claro que tenemos que esperar del otro o que se espera de nosotros mismos respecto de dicha relación.

La dinámica entre las creencias y los esquemas son la base de sustento de los síntomas según la Terapia Cognitiva, por lo tanto el trabajo sobre las creencias es una labor central en este tipo de abordaje.

Fuente: Lic. Javier Camacho

CARACTERISTICAS DE LOS ESQUEMAS

1- Son patrones profundos, persistentes y auto derrotistas de pensamiento, conducta, sentimiento y de relaciones con los demás.

2- Forman la base de la regularidad de las interpretaciones acerca de las situaciones.

3- Son disfuncionales y son tempranos.

4- Reflejan creencias y pueden ser difíciles de modificar

5- Se activan por acontecimientos relevantes.

6- Son consecuencia de experiencias disfuncionales con los padres, los hermanos, o personas significativas de nuestra vida, sobre todo en los primeros años de edad.

7- Surgen de necesidades emocionales básicas que no se logran alcanzar en la infancia.

Estas son:

a- Seguridad, estabilidad, aceptación

b- Autonomía, competencia, sensación de identidad

c- Libertad para expresar necesidades y emociones

d- Espontaneidad y juego

e- Limites y autocontrol

Las experiencias infantiles perjudiciales serian el origen principal de los esquemas disfuncionales tempranos. Los primeros esquemas desarrollados, que suelen ser los más fuertes, se han originado en nuestra familia. Aunque otras influencias son importantes, como las de nuestro grupo de amigos, la escuela, la comunidad o nuestra cultura, entre otras. Los esquemas representan en definitiva una gran parte de lo que en la PNL llamamos MAPA.

Ejemplos de Experiencias tempranas que facilitan la adquisición de esquemas:

- Esquemas de Privación Emocional o Abandono: Se origina por déficits emocionales o abandono que se dan en el ambiente infantil (no hay comprensión, amor o estabilidad).

- Esquemas de Imperfección o Vergüenza: Originados por traumatización o victimización (maltrato psicológico que suponga devaluarlo como persona).

- Esquemas de dependencia o incompetencia: Padres que dan al niño algo en exceso, que dado con moderación (ej.: protección) sería saludable.

- Identificación con otras personas significativas (el niño se identifica e internaliza pensamientos, sentimientos, experiencias y conductas de los padres).


No significa que porque los padres hayan sido de una manera, o pensado, sentido o actuado de determinada forma, uno en su adultez vaya a ser igual. Ejemplo: Si a uno lo trataron de forma fría en la niñez, puede llevarlo a reaccionar de distintas maneras, dando mucho apoyo y protección o, por el contrario, exigiendo mucho afecto de los demás.

CLASIFICACION DE  ESQUEMAS EN FUNCION DEL CONTEXTO

1) Las personas criadas en ambientes de desconexión y rechazo crecen carentes de afecto, aceptación y estabilidad. Los adultos criados en este tipo de ambiente asumen que no van a encontrar en la vida (o no van a poder alcanzar) su deseo de amor, aceptación y seguridad.

Esquemas que puede llegar a desarrollar:

- abandono/inestabilidad: creen que los demás no pueden darle un apoyo fiable y estable.

- desconfianza/abuso: la persona espera que los demás lo hieran o se aprovechen de él.

- imperfección/vergüenza: tiene la visión de sí mismo como indeseable socialmente.

- aislamiento social: creencia de que uno no es parte de la comunidad o del grupo y que uno está solo y es diferente de los demás.

2) Cuando hay perjuicio en la autonomía y el desempeño, esto refleja un ambiente infantil sobreprotector. En sus relaciones en la vida adulta, estas personas son demasiado dependientes de los demás y creen que carecen de las habilidades adecuadas para afrontar situaciones por ellos mismos.

Pueden desarrollar esquemas como:

- dependencia/incompetencia: la persona cree que es incompetente y necesita la asistencia de los demás para funcionar.

- si mismo inmaduro: se desarrolla en personas que no consiguen desarrollar una identidad individual segura, al margen de los demás.

- fracaso: la persona tiene la visión de que fracasó en el pasado y va a seguir fracasando debido a una ausencia inherente de inteligencia, talento u otras habilidades.

3) La dimensión de la tendencia hacia el otro está fomentada por experiencias tempranas en las que las necesidades del niño son secundarias a las necesidades de los demás. En sus interacciones en la vida adulta se preocupan más del bienestar de los demás y de ganar su aprobación que de sus propias necesidades.

Esquemas posibles a desarrollar:

- Subyugación: Estas personas esperan que los demás los abandonen si expresan sus sentimientos o necesidades, por lo que las suprimen.

- Auto sacrificio en pos de los demás.

- Búsqueda de aprobación: las personas que quieren ganar la aceptación de los demás, acosta del desarrollo de su propia identidad.

4) La sobrevigilancia y la inhibición se desarrollan cuando se educa a los niños en el perfeccionismo, en una familia rígida. En su vida adulta presentan un exceso de control, con reglas extremadamente elevadas.

Esquemas posibles a desarrollar:

- Negatividad/pesimismo: atención sobre los aspectos negativos de la vida, así como la expectativa de que nada irá bien.

- Control excesivo/inhibición emocional:  personas que evitan la espontaneidad para mantener la sensación de que prevén y controlan sus vidas o para evitar la vergüenza.

- Reglas implacables/hipercrítica: creencia de que uno debería cumplir con reglas rigurosas de actuación, normalmente para evitar la crítica.

- Condena: creencia de que las personas deberían ser fuertemente castigadas por sus errores. Estas personas no toleran sus propios errores ni los de los demás.


PERPETUACION DEL ESQUEMA

 La perpetuación del esquema se refiere a todo lo que la persona hace para mantener en funcionamiento el esquema. Esto incluiría todos los pensamientos, sentimientos y conductas que terminan reforzando el esquema, más que curándolo.

Por ejemplo: una persona con el esquema de auto sacrificio, que lo lleva a "darse" continuamente a los demás. Cada vez que lo haga y se sienta satisfecho por ello, pensando que ese es su papel en la vida o su obligación, y sintiéndose satisfecho por la respuesta o el aprecio de los otros, va a perpetuar dicho esquema, puesto que no afronta situaciones en las que se comportara de manera distinta abriéndose a experiencias diferentes. Lo fundamental sería que el paciente viviera situaciones en las que se comportara de otras maneras, mas autónoma, y con menos auto obligaciones hacia los otros y explorara las consecuencias de ello.

Los esquemas se perpetuán por 3 mecanismos:

1) Por las distorsiones cognitivas.

Mediante las distorsiones cognitivas las personas perciben de forma equivocada las situaciones, de manera que el esquema se refuerza acentuando la información que lo confirma, y minimiza o niega cualquier información que vaya a contradecirlo.

2) Por los patrones vitales auto derrotistas.

En relación a los patrones vitales, conductualmente, la persona realiza patrones equivocados, seleccionados de forma inconsciente, y permanece en situaciones y relaciones que disparan y perpetuán el esquema, evitando situaciones interpersonales que van a facilitar que cure o modifique el esquema.

Por ejemplo, una persona con el esquema de desconfianza/abuso (que espera que los demás la hieran o se aprovechen de ella) va a relacionarse, sin darse cuenta, con personas criticas, que abusaran de ella, lo que conducirá a la perpetuación del esquema.

3) Por los estilos de afrontamiento de esquemas.

Los pacientes desarrollan estilos de afrontamiento para poder adaptarse a los esquemas. Estas estrategias facilitan que no tengamos que experimentar las emociones intensas que causan los esquemas. y aunque puedan servir para evitar el esquema, no lo curan, y lo único que facilitan es mantenerlo.

Estilos de afrontamiento des-adaptativos:

- Rendirse al esquema: El paciente no intenta luchar contra él, sino que acepta el esquema como si fuera cierto o verdadero, siente el dolor emocional del esquema y actúa de formas que confirman el esquema. Sin darse repite patrones que conducen al esquema y lo mantiene. Por ejemplo, una mujer con un esquema de desconfianza/abuso puede casarse con un hombre que tenga aventuras amorosas continuamente, con lo cual confirma sus creencias de que la van a traicionar y de que no se puede confiar en la gente.

- La evitación del esquema: La persona evita pensamientos, afectos o conductas, de manera que no se active el esquema. De esta forma intenta evitar el malestar que aparece con la activación del esquema. Incluye bloquear pensamientos e imágenes que lo activen, distraernos, evitar sentimientos, beber o comer en exceso, tomar drogas, limpiar de forma compulsiva o convertirnos en adictos al trabajo.


Los pacientes sobre compensan cuando luchan contra el esquema pensando, sintiendo, comportándose y relacionándose con los demás de forma opuesta, lo que lleva a que
no se experimente el afecto desagradable asociado con el esquema. Ej.: una mujer con un esquema de imperfección/vergüenza puede fanfarronear sobre sus habilidades y parecer arrogante, esto reflejaría un intento de superar su creencia de imperfección. De esta forma, el esquema también continua perpetuándose en lugar de curarse.

PENSAMIENTOS AUTOMATICOS

Son pensamientos que aparecen en el fluir del pensamiento normal y condicionan su dirección o curso. Se les atribuye una certeza absoluta, por eso no son cuestionados y condicionan la conducta y el afecto. En general son breves y pueden ser verbales o aparecer en forma de imágenes. A a la persona se le imponen, y por eso, son automáticos.

Los pensamientos automáticos son fugaces, conscientes, pueden entenderse como la expresión o manifestación clínica de las creencias. Ya que en general las personas no son plenamente conscientes de sus creencias, pero si lo son o lo pueden llegar a ser de sus pensamientos automáticos. Un ejemplo de pensamiento  automático podría ser el de una mujer que estando en una fiesta mira a un hombre que le gusta y se dice: “Estás fea”, “ No te va a dar bola”, “Igual te vas a quedar sola” o “Te va terminar dejando”. Estos pensamientos automáticos podrían corresponder a una creencia nuclear del tipo: “No merezco el amor de nadie”.



La Psicoterapia Cognitiva trabaja con esos diálogos internos que todos tenemos, gran parte de nuestra vida la pasamos hablándonos a nosotros mismos, este fenómeno que ya sorprendió a los griegos es responsable de muchas de las cosas que nos pasan tanto las buenas como las malas. Al repetirnos tantas veces los mismos contenidos, terminamos creyendo con un nivel muy alto de certeza, lo que ellos afirman, sin someterlos a un juicio crítico. En la siguiente historia  queda clara la importancia de los pensamientos automáticos y las creencias.



Tomado del libro Terapia Gestalt (1988) de Castanedo Secadas, Editorial Herder, Barcelona.

La Psicoterapia Cognitiva es un procedimiento que se desarrolló originalmente para tratar la depresión, pero actualmente se desarrollaron diseños que permitieron tratar otros trastornos y otras diversas problemáticas humanas.

El tratamiento se basa fundamentalmente en el supuesto teórico de que la conducta y los afectos de una persona se encuentran determinados por su forma de estructurar el mundo (Beck, 1976).

El esquema básico de la Terapia Cognitiva puede ser graficado como un triángulo en donde en cada vértice podemos ubicar a los pensamientos o cogniciones, la conducta y la emoción.





Los pensamientos se relacionan estrechamente con las emociones y las conductas, y entre todas existe una influencia recíproca, pero ésta no debe ser entendida como una causación. Analicemos un ejemplo: un paciente depresivo que se dice (pensamiento): “No sirvo para nada”, esto probablemente lo haga sentirse angustiado (emoción) y seguramente esto hará que llore, se tire en la cama, intente suicidarse (conductas), al verse así corroborará su creencia inicial: “No sirvo para nada”

Por Axel Persello





FUENTE: PNL en ARGENTINA











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