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La belleza puede ser un concepto muy abstracto, dado que una música, un cuadro o una obra literaria, pueden poseerla o no dependiendo de la valoración de cada persona. Sin embargo, la belleza es algo bien tangible en el cerebro humano, y ahora se ha logrado confirmar que cierta región cerebral está encargada de detectarla en la pintura y en la música.
Esa región, ubicada en la parte frontal del cerebro, se "enciende" cuando percibimos belleza en una obra de arte o en un pasaje musical, según una nueva investigación. Esto sugiere que una característica importante que tienen en común todas las obras de arte, cualquiera que sea su naturaleza, es su capacidad de generar actividad en la misma región del cerebro.
La cuestión de si hay características que hacen que un objeto sea bello ha sido debatida durante miles de años por artistas y filósofos del arte, pero sin llegar a una conclusión satisfactoria. También ha sido así con la cuestión de si tenemos un sentido abstracto de la belleza, es decir, una clase de percepción subjetiva que despierta en personas distintas la misma potente experiencia emocional independientemente de si su origen es, por ejemplo, musical o visual.
Tal como razona Semir Zeki (University College de Londres), era necesario que la neurobiología se ocupase de responder estas preguntas fundamentales.
Veintiún voluntarios con diferentes orígenes culturales y étnicos calificaron una serie de pinturas o pasajes musicales en tres categorías: obras bellas, obras feas, y obras que les dejaban indiferentes (ni bellas ni feas). Luego, vieron estas pinturas o escucharon esos pasajes musicales nuevamente mientras se les hacía una resonancia magnética funcional por imágenes (fMRI), la cual mide la actividad en el cerebro.
CHARO NOGUEIRA 28/08/2011
Algunas parejas de hecho escuchan la pregunta con frecuencia: "¿Por qué no te casas?". La respuesta suele ser un "porque no quiero". Una falta de voluntad que puede albergar la alergia al papeleo, la sensación de que aún no ha llegado el momento o el derecho a decidir la vida propia al margen de las instituciones. Y eso pese a los inconvenientes: las uniones de hecho, registradas o no, tienen ciertos derechos menguados, mayores dificultades para hacerlos valer y, en ciertos casos, notable inseguridad jurídica. En cambio, el matrimonio, la pauta tradicional y desde 2005 abierta a las personas del mismo sexo, reporta beneficios automáticos. Pero no todo es cuestión de derechos. También están las libertades.
"Hay gente que cree que la boda está pasada de moda", dice una experta
El deseo de libertad y la autonomía femenina impulsan las parejas 'de facto'
A falta de ley estatal, cada autonomía han legislado de forma distinta
El matrimonio está asociado a la seguridad y la estabilidad
"Cuando se preguntan los motivos para casarse, la respuesta siempre es la misma: 'porque nos queremos", señala Gerardo Meil, catedrático de Sociología de la Universidad Autónoma de Madrid. Pero el amor también justifica convivir sin pisar el juzgado o el altar. Y ese es un paso cada vez más frecuente, aunque podrá medirse tras el censo de este otoño. En el anterior, de 2001, las parejas de hecho eran más de medio millón, frente a casi nueve millones de matrimonios. Los expertos prevén ahora un guarismo muy superior. Sobran motivos: más de la mitad de las mujeres de menos de 30 años que conviven o lo han hecho formaron su primera unión sin casarse, uno de cada cinco jóvenes (21,6%) se inclina por la convivencia sin boda y uno de cada tres bebés nace fuera del matrimonio.
¿Por qué no casarse? "Es la pregunta del millón. A falta de estudios, la respuesta solo puede ser tentativa", responde la socióloga Marta Domínguez Folgeras. "Hay gente que cree que el matrimonio está pasado de moda, o que ya no tiene tantas ventajas gracias a las leyes que van igualando los derechos de convivientes y casados, o que es más fácil deshacer una pareja si no hay boda", enumera esta profesora de la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona). "Un sustrato ideológico de libertad y la mayor autonomía femenina también están detrás del fenómeno", añade.
Elementos que se suman en una fórmula en boga y "con perfiles menos marcados", concreta Domínguez, autora del estudio 1995-2006. Diez años de cambios en las parejas españolas (CIS, 2011). A tenor de su investigación, algo más de seis de cada 10 mujeres menores de 30 años que conviven o lo han hecho formaron la primera unión sin casarse (los datos proceden de encuestas de fecundidad, en las que solo se pregunta a féminas). En 1995 eran algo más del 20% y esa fórmula se ceñía sobre todo a las mujeres de nivel educativo alto y, en general, con trabajo remunerado. Esas dos características ya no pesan, pero sí otras: la convivencia sin boda es más frecuente en el mundo urbano, entre quienes han vivido algún tiempo fuera de la casa paterna y entre los hijos de divorciados. La edad también es relevante: a mayor juventud, mayor convivencia de hecho.
"Uno de los factores que empujan a los jóvenes a optar por la convivencia es que consideran que su forma de vida es un asunto privado que no compete a nadie", tercia Luis Ayuso, profesor de sociología en la Universidad de Málaga. Uno de cada cuatro que convive o piensa hacerlo considera que la boda "es pura apariencia social", añade este experto que ha trabajado en los informes Jóvenes Españoles de la Fundación Santa María.
La apuesta por la convivencia gana terreno pese a que la fórmula se topa con mayores inconvenientes que los matrimonios. Entre ellos, cierta inseguridad jurídica. A falta de una ley estatal que regule las uniones de hecho, las comunidades autónomas han legislado, pero no todas ni de la misma manera. De las 17, 13 han aprobado leyes distintas -alguna muy completa, como la catalana, pionera en 1998-. Cuatro carecen de norma, aunque tres de ellas, junto con Ceuta y Melilla, sí han creado registros de parejas. Se trata de Castilla-La Mancha, Castilla y León y La Rioja. La Comunidad Autónoma de Murcia es la única en la que, amén de no haber ley, tampoco hay registro autonómico. En normas estatales, como la que regula la pensión de viudedad, se recoge cierta equiparación de derechos entre casados y convivientes, pero por lo general a los últimos se les exigen más requisitos, aunque su unión conste oficialmente en un registro. Y eso ese paso no se da siempre.
"Hay muchas uniones que no quieren tener papeles, y asumen los inconvenientes de no registrarse", explica Ayuso. Prima el afán de libertad, la convivencia sin ataduras. "No lo veo tan raro. Dar el paso de registrarse tiene cierto componente ritual y entraña compromiso. Es como un matrimonio de segunda clase. Por eso, muchos prefieren casarse antes que registrarse", apunta Meil, autor de Las uniones de hecho en España(CIS, 2003).
"Tras hacer encuestas y trabajos cualitativos con jóvenes sobre los motivos para casarse", explica este experto, "he llegado a la conclusión de que la gente, además de valorar las ventajas legales que ofrece el matrimonio, que normalmente desconoce, tiene la percepción de que el rito matrimonial da seguridad". La boda es "un acto formal sacralizado, aunque sea ante un juez", prosigue Meil. "Es algo que hay que organizar, que se realiza ante una persona que representa a la autoridad y ante testigos. Los invitados son el círculo de personas relevantes para los contrayentes y cuya opinión les importa".
La boda equivale a mayor seguridad y compromiso aunque ya pueda disolverse tres, meses después de contraerla. "La idea asentada es que el matrimonio dura para toda la vida, salvo que se rompa. En cambio, la pareja de hecho dura mientras dura", recapitula Meil. Es decir, la convivencia sin papeles tiene un matiz transitorio, mientras el matrimonio carece de "connotación temporal".
Con todo, los matrimonios caen -su número desciende desde 2005 y los civiles superan ya a los religiosos-. La aprobación de las bodas entre personas homosexuales ha contribuido ligeramente a aumentar la cuenta de los civiles. Se han celebrado 18.634 hasta 2010. Entre otros, el de Toni Poveda, presidente de la Federación Estatal de Lesbianas, Gays, Transexuales y Bisexuales (FELGTB). "Para nosotros, el matrimonio no solo supone derechos, sino también dignidad, igualdad legal. Tiene mucho de militancia". Pero también hay parejas homosexuales que optan por la convivencia sin papeles. "Quieren tener menos deberes, aunque eso les genere menos derechos. Está el afán de libertad y el hecho de que el matrimonio se ha considerado durante mucho tiempo una institución arcaica", afirma Poveda.
No hay datos para saber si el descenso de los matrimonios guarda relación con un incremento de las parejas o si es otra consecuencia más de la crisis económica y que retrasaría la creación de nuevos hogares al margen del estado civil de sus protagonistas, sostiene Meil. "Lanzarse a convivir está condicionado por la seguridad en el empleo, por tener dinero para un piso...".
De lo que sí está convencido este catedrático es de que la pareja de hecho se plantea con frecuencia como un "matrimonio a prueba", un paso previo para acabar en el juzgado o la iglesia, señala el catedrático de la Autónoma. La procreación sigue empujando a los españoles casarse, aunque sea cuando los hijos ya han nacido, añade. Pero esa pauta general de casarse para tener hijos o al tenerlos también se quiebra, según el investigador Daniel Devolder, del Instituto de Estudios Demográficos de la Universidad Autónoma de Barcelona. En la encuesta de demografía de Cataluña de 2007, ha observado un cambio que considera extrapolable a toda España: antes las parejas tendían a casarse cuando se decidían a ser padres, ahora se lanzan en mayor medida a tener hijos sin pasar por el templo o el altar. La Constitución y el Código Civil establecen la igualdad entre los hijos, nazcan dentro o fuera del matrimonio. Estos últimos han ido en aumento: ya son el 34,5% de los recién nacidos.
Con hijos o sin ellos, ¿qué inclina la balanza para decidir el tipo de boda? Las creencias religiosas, en primer lugar, según la investigación de Ayuso. La fe empuja a la Iglesia, y su ausencia, al Ayuntamiento o el juzgado. La tradición familiar influye ante los enlaces religiosos. La tolerancia social y la secularización también pesan en los platillos.
Pese al auge de la convivencia, la mayoría de los jóvenes piensa en casarse, según los datos de este profesor de la Universidad de Málaga. El matrimonio es la expectativa mayoritaria para las personas de 15 a 24 años: "El 39,5% preferiría casarse por la Iglesia, el 16,8% por lo civil; el 12,7% haría una pareja sin papeles, el 8,9%, con papeles". El 3,1% apuesta por no convivir de ninguna forma y el 19% no sabe o no contesta. Si se cumplen esos propósitos, el matrimonio seguirá gozando de una salud relativamente buena.
"Antes la pareja estaba formada por un hombre y una mujer con un proyecto común, que se casaban para tener hijos y ayudarse mutuamente. Ahora la pareja no tiene por qué estar formada por hombre y mujer, ni tiene por qué casarse ni tener hijos. Ni siquiera tienen que vivir juntos", reflexiona Luis Ayuso. "El matrimonio ya no es una unidad, sino dos personas", prosigue. Y la pareja de hecho, también.
- Aunque las leyes han avanzado en la equiparación de derechos con los matrimonios, a las parejas de hecho se les suelen exigir unos tiempos de convivencia mínimos que no rigen para los casados.
- La Seguridad Social dispone de la regulación más concreta sobre parejas de hecho a nivel estatal. Es la que afecta a la pensión de viudedad. Para percibirla, la pareja superviviente debe demostrar al menos cinco años de convivencia ininterrumpida en el lustro anterior al fallecimiento. Para quien se hubiera casado basta un año de matrimonio.
- Para que un miembro de una pareja tenga derecho a la asistencia sanitaria derivada de la cartilla del otro es preciso acreditar un año de convivencia continuada. Para los casados es un derecho automático.
- El derecho civil general reconoce menores derechos a las parejas que a los matrimonios ante las herencias. De no haber testamento, el viudo de hecho carece de derecho a herencia. En los matrimonios, el miembro superviviente siempre tiene derechos.
- La Ley de Arrendamientos Urbanos establece que, en caso de fallecimiento, el cónyuge del inquilino tiene derecho a la prórroga del contrato de la vivienda. En cambio, la pareja debe debe llevar al menos dos años de convivencia. Sin embargo, este requisito no rige si existen hijos en común.
- Muchas veces La gente es poco razonable, ilógica, y egocéntrica. Perdónalos igualmente.
- Si eres amable la gente pensara que tienes motivos egoistas ocultos. Se amable igualmente.
- Si eres una persona de exito tendrás amigos falsos y algunos amigos de verdad. Ten éxito igualmente.
- Si eres honesto y sincero puede que la gente te engañe. Se honesto y sincero igualmente.
- Puede que alguien destruya en un momento lo que te ha costado construir. Aun asi construye.
- Si encuentras la paz y la serenidad puede que tengan celos. Sé Feliz igualmente.
- Lo que hagas hoy la gente lo olvidará mañana. Haz el bien igualmente.
- Dale al mundo lo mejor que tengas y puede que nunca sea suficiente. Dale al mundo lo mejor que tengas igualmente.
Científicos en Escocia comprueban que el rostro humano graba lo que le sucede y puede leerse con cierta precisión, recomponiendo los pedazos del puzzle de una vida en la simetría de la cara.
Es parte de las más fundamental intuición humana que lo que le sucede a una persona de alguna manera se queda grabado en su rostro —a menos de que se haga un pacto con fuerzas ocultas como en el caso de Dorian Gray. La forma en la que experimentamos y vemos el mundo acaba siendo la forma en la que nos vemos. Esta intuición, que por una parte denota un simple orden de causalidad, parece haber sido confirmada por la ciencia.
Científicos de la Universidad de Edimburgo descubrieron una correlación entre la simetría facial —analizando diferentes facciones— y factores como la privación de atención, el estrés y la mala nutrición sufrida en la infancia.
“La simetría en el rostro es pensada como la marca de lo que se conoce como estabilidad en el desarrollo —la habilidad del cuerpo de soportar el estrés ambiental [factores estresantes]— y no ser desviado de su camino de desarrollo”, dijo el profesor Ian Deary al diario Telegraph.
La investigación buscaba saber si la simetría facial registraba los factores de estrés infantil a lo largo de la vida, para lo cual se estudiaron 292 personas de 83 años de edad de los cuales se contaba con información de toda su existencia. El estudio pudo comparar la simetría facial de los participantes con cuestiones como su estatus social de niños, la profesión de sus padres, qué tantas personas había en su hogar, si tenían un baño interno o externo y muchos otros factores.
El estudio sugiere que la relación entre la simetría facial y la clase social fue más marcada entre los hombres y podría estar ligada a los resultados de otras investigaciones que han encontrado que las personas con rostros más simétricos son considerados como parejas más atractivas (y las mujeres tienen más orgasmos con hombres de rostros simétricos, según otro estudio), acaso proporcionando una señal a la parte inconsciente de la biología humana de que una persona simétrica tendrá mejor salud a lo largo de su vida.
Por otro lado el estudio permite especular sobre varias cuestiones muy interesantes. Viene a la mente primero la noción ampliamente difundida por Freud de que la infancia es destino y de que existe una especie de determinismo en lo que nos sucede tempranamente que nos acompañará como una infraestructura psíquica difícil de modificar por el resto de la vida. Aunque es cierto que el estudio aquí comentado no señala que estas “asimetrías” grabadas en el rostro por la infancia sean indelebles.
También invita, de una manera un poco más licenciosa, a jugar con la idea de que el ser humano es un holograma, como se puede extrapolar de la la teoría cuántica de David Bohm del Orden Implicado, en la que este genial físico expone que el universo entero es un organismo en que cada parte contiene la totalidad de la información, de tal manera que en una partícula están entrelazadas todas las partículas y todos los procesos que jamás se han llevado a cabo. Esto puede ser visto en el hecho de que para reconstituir a un ser vivo no hace falta más que un molécula de su ADN —en ella yace la información de todas sus células. Y acaso algo así ocurre en el hombre: con solo ver sus ojos, la simetría de su rostro o alguna otra facción, es posible, para quien sepa “leer”, acceder a toda su información, como si la cara fuera una grabadora holográfica.
- Rezar en grande.
- Pensar en grande.
- Creer en grande.
- Actuar en grande.
- Soñar en grande.
- Trabajar en grande.
- Dar en grande.
- Perdonar en grande.
- Amar en grande.
- Ser en grande.
- Reir en grande.
Y encontraran que la mente se le has llenado de cosas buenas para ser fuertes y jóvenes como un aguila, y tendrán entusiamo para toda su vida.
Desde hace años, los científicos han descubierto pruebas de que los meteoritos contienen ciertos bloques de construcción del ADN, la molécula que porta las instrucciones genéticas para la vida. Sin embargo, los investigadores no se ponían de acuerdo sobre si esos fantásticos elementos hallados en las rocas caídas del cielo provenían realmente del espacio o si, en cambio, no eran más que el fruto de la contaminación terrestre. Ahora, una nueva investigación financiada por la NASA ha encontrado pruebas de que sí, efectivamente, ese tesoro fundamental para la creación de la vida no fue originado entre nosotros. El estudio, que aparece publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS), respalda la polémica teoría de la Panspermia, que acepta que la vida pudo llegar a la Tierra a bordo de asteroides o cometas que impactaron contra ella.
«Hemos descubierto componentes del ADN en los meteoritos desde la década de los 60, pero los investigadores no estaban seguros de si realmente se habían creado en el espacio o si, por el contrario, estaban ahí por contaminación de la vida terrestre», explica Michael Callahan, del centro espacial Goddard de la NASA en Greenbelt (EE.UU.). «Por primera vez, tenemos tres líneas de evidencias que, juntas, nos dan la confianza que estos bloques de construcción del ADN en realidad fueron creados en el espacio», subraya.
El hallazgo se suma a la creciente evidencia de que la química dentro de los asteroides y cometas es capaz de hacer bloques de construcción de moléculas esenciales. Por ejemplo, con anterioridad, los científicos del laboratorio de astrobiología del Goddard habían encontrado aminoácidos en varias muestras del cometa Wild 2obtenidas por la misión de la NASA Stardust, y en varios meteoritos ricos en carbono. Los aminoácidos se usan para fabricar proteínas, las moléculas que «tiran» de la vida, utilizadas en todas las estructuras, desde el pelo a las enzimas.
En el nuevo trabajo, el equipo de Goddard trituró muestras de doce meteoritos ricos en carbono, nueve de los cuales fueron recuperados de la Antártida. Cada muestra fue extraída con una solución de ácido fórmico y fue analizada con un cromatógrafo de líquidos, un instrumento que separa compuestos, y con un espectrómetro de masas, que ayuda a determinar su estructura química.
Los científicos encontraron adenina y guanina, que son componentes del ADN llamadosnucleobases, así como la hipoxantina y la xantina. El ADN se asemeja a una escalera de caracol, donde la adenina y la guanina conectan con otros dos nucleobases para formar los peldaños de la escalera. Son parte del código que dice a la maquinaria celular qué proteínas crear. La hipoxantina y la xantina no se encuentran en el ADN, pero se utilizan en otros procesos biológicos.
Además, en dos de los meteoritos, el equipo descubrió por primera vez trazas de tres moléculas relacionadas con los nucleobases, que son precisamente las que aportan la primera evidencia de que los compuestos en los meteoritos llegaron del espacio, ya que casi nunca están presentes en la biología terrestre.
Los investigadores también analizaron una muestra de 8 kilos de hielo de la Antártida, donde aparecieron la mayoría de los elementos de los meteoritos, con los mismos métodos. Pero la cantidad de hipoxantina y xantina que contenía fue mucho menor que en los meteoritos. Además, ninguna de las otras moléculas relacionadas con las nucleobases, las que según los científicos tienen la clave, fueron detectadas en el hielo. Lo mismo ocurrió con otro meteorito descubierto en Australia. El elemento clave estaba en la roca, pero no en suelo donde apareció.
Para los investigadores, esto demuestra que los elementos para la vida ya se encontraban en las rocas antes de impactar contra la Tierra.