viernes, 25 de junio de 2010

El Valor de un Ser Humano


En una ocasión un discípulo le preguntó a su maestro:

¿Qué valor tiene Un Ser Humano?

Entonces el maestro colocó en su mano un diamante y le dijo:

Quiero que te acerques al bazar y vayas entrando en diferentes tiendas y preguntando qué te darían a cambio del diamante. Después vienes a reunirte conmigo y me cuentas. Pero no dejes el diamante a nadie.

El discípulo llegó al bazar y comenzó a ofrecer el diamante en diferentes tiendas, preguntando qué le ofrecían por él. Mostró la gema a su vendedor de verduras, que trás mirar el diamante, dijo:

- Te podría dar por ese diamante hasta seis kilos de patatas y dos de arroz.

Después entró en una cacharrería y tras observar la joya, el propietario dijo:

- Por este diamante te daría un barreño.

Tras entrar en una bisutería, el bisutero le dijo al ver el diamante:

- Te doy a cambio un collar de piedras semipreciosas.

Visitó luego una joyería y el dueño de la misma comentó:

- Es bastante bueno este diamante. Te doy por el diez mil rupias.

Visitó por último la mejor y más reputada joyería del bazar, y el joyero, tras examinar muy atentamente el diamante, dijo:

- Amigo mío, este diamante no tiene precio. Su valor es incalculable.

El discípulo regresó junto al maestro y le contó lo sucedido. Entonces el mentor dijo:

¿Te das cuenta, querido mío? Depende de quién haga la valoración. Para el que sabe ver y tiene sensibilidad, un ser humano no tiene precio. Su valor es incalculable.


Reflexión

Hay muchos bisuteros y muchos joyeros. Los joyeros verdaderos son aquellos que consideran toda forma de vida un diamante al que no se puede dañar, aquellos que de verdad valoran la vida humana y la respetan se tornan cooperantes.

Cuando se valora a un ser humano, surge hacia él una corriente de compasión y el deseo profundo y fecundo de que pueda ser feliz y esté libre de sufrimiento.

Ya no hay envidia por sus éxitos, sino alegría por los mismos; l
as tendencias de odio se vencen a través de la benevolencia y la comprensión, y la ira mediante la ecuanimidad y la alegría, y como señala el Dhammapada uno entiende que “la victoria engendra enemistad; los vencidos viven en infelicidad, renunciando tanto a la victoria como a la derrota; los pacíficos viven felices”.

El que valora la vida humana, aprecia la propia y la ajena, y deja de abrigar cualquier sentimiento dañino hacia uno mismo o hacia los demás.



TITULOS: LOS MEJORES CUENTOS ESPIRITUALES PARA LA VIDA DIARIA pág. 55-56 / AUTOR: RAMIRO CALLE / EDIT. KAILAS















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